¿Cómo se usa un monopatín eléctrico?

A estas alturas, todos los del mundillo sabemos cómo se usa un patinete eléctrico, por eso de que su funcionamiento es similar a una moto, con su acelerador en el puño. Pero son muchos los que, sin haber tenido una experiencia previa, se están preguntando cómo se usa un skate eléctrico; o sea, que cómo se pone marcha y se acelera.

Cómo manejar un skate eléctrico

Incluso si tenemos cierta experiencia montando en monopatín, ya sea un skate tradicional de trucos y saltos o un longboard de grandes dimensiones, es normal que nos hayamos cuestionado cómo se usa un monopatín eléctrico. Sobre todo, porque todos los que hemos montado en skate sabemos apoyar una pierna e impulsarnos con la otra, pero ¿cuál es la mecánica cuando el empuje es eléctrico?

Lo primero que habría que tener en cuenta es que haber montado en skate previamente ayuda. O más que ayudar, es necesario. Pero eso no quiere decir que la técnica de montar en skate eléctrico sea la misma que la de montar en un monopatín no eléctrico. Hay diferencias.

También, a modo de sugerencia básica, hay que decir que un patinete eléctrico no debe ser usado nunca cuando llueve, o cuando el asfalto está mojado. Ni que decir tiene, por tanto, que no se pueden atravesar charcos con él.

Como sucede con un patinete, la primera «patada» siempre tenemos que darla nosotros, ya que no se debe poner en marcha el monopatín eléctrico desde parado total. Hay que ayudarle para no forzar los motores ni malgastar la batería, así es que hasta ahí, igual que un skate sin motor.

Una vez que hemos impulsado el skate, no necesitaremos empujarlo una y otra vez con una pierna para mantener la dinámica, así es que adoptaremos la posición base que adoptaríamos en una ligera bajada con un monopatín sin motor que nos permite avanzar sin impulsarnos: pies perpendiculares a la orientación de la tabla en ligero oblicuo, rodillas flexionadas y espalda recta.

Cómo manejar un skate eléctrico
Cómo manejar un skate eléctrico

Para mantener el avance del skate a motor, tendremos un mando que comunica directamente con la parte mecánica del monopatín, y que acciona el motor o los motores. Normalmente, el mando cuenta con una palanca o pulsador que nos permite medir con precisión el nivel de aceleración.

Por tanto, si sabemos mantenernos de pie sobre un skate, la función de desplazarnos sobre un monopatín a motor no implica más que familiarizarse con un mando que, como veremos, guarda bastantes similitudes con los mandos de las consolas de videojuegos.

Cómo frenar con un skate eléctrico

Dejar de accionar el acelerador de un skate eléctrico significa, al mismo tiempo, activar la frenada. Es como reducir marchas con un coche y hacer uso del freno motor. En muchos casos, esta frenada es regenerativa, revirtiendo el excedente de energía obtenida en cada frenada en la carga de batería. Pero, evidentemente, la frenada con un skate a motor no puede contener la inercia del patín y nuestro peso en plena marcha, como en el caso de una bicicleta. Entre otras cosas, porque al no tener un segundo punto de apoyo para nuestros brazos, no podríamos contener el empuje que se generaría hacia adelante, y saldríamos despedidos de la tabla.

Por eso, frenar con un monopatín eléctrico es un acto sencillo que implica soltar el acelerador y apoyar uno de los pies en el suelo, manteniendo el pie de apoyo sobre el patín. Si tenemos la habilidad suficiente, en el mismo momento de apoyar el pie en el suelo presionaremos el tail (la parte trasera) del skate con la punta del otro pie, para levantarlo y agarrarlo sobre la marcha, aunque debido al peso de la batería, esta técnica es mucho más compleja con un skate eléctrico, que con uno convencional.

En realidad, no hay una enorme diferencia entre frenar con un skate sin motor y frenar con un skate a motor, y en todo caso, es algo que exige mucho más de nuestro físico que frenar con una bicicleta, o incluso con un patinete eléctrico.

¿Se puede saltar con un patinete eléctrico?

Cualquiera que sea o haya sido skater aficionado o avanzado en algún momento de su vida, sabe que los skates se han usado fundamentalmente para hacer trucos: giros, saltos, acrobacias, etc. Pero, al igual que sucede con los patinetes, el hecho de incorporar uno o más motores a la estructura, unido a la necesaria instalación de una batería pesada en los bajos del skate a motor, hace que éste se vuelva más delicado y vulnerable a según qué tipo de uso, y que su peso aumente considerablemente, dificultando su manipulación.

Por eso, está claro que, aunque se puede, un skate eléctrico no ha sido concebido para saltar ni para hacer los movimientos característicos que se hacen con un skate normal sin motor. Si por algo merece la pena la inversión, es porque un skate eléctrico nos ayuda a desplazarnos de forma más ágil y cómoda por la ciudad, haciendo uso (eso sí) de carriles habilitados para tal fin.

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